Enfermedad.

Estetoscopio.

<<Tengo la garganta irritada, la nariz taponada, tos seca, no tengo fiebre. Llevo así desde hace un par de días.>> Le dije a mi médico de cabecera o de atención primaria. Me miró la garganta, los oídos, la nariz y me oscultó los pulmones con el  fonendoscopio.
<<Bueno, no estás tan mal Manu, la garganta está irritada y roja pero el resto no está nada mal.>> Me comentó con cierta alegría.
<<Tómate estos sobres para el catarro y para aliviar la nariz te receto un inhalador nasal. Abundante agua, hidrátate bien y descansa. Evita las bebidas frías y a la noche un buen vaso de leche con miel para suavizar la garganta. Si no mejoras vuelve.>>
Recogí las recetas y deseándonos una buena semana salí de la consulta.

Bueno sí, reconozco que soy como una especie de tanque andante pero también enfermo como cualquier ser humano. Durante mi vida he tenido las clásicas enfermedades que hoy curiosamente no tienen los niños o que de momento se han conseguido erradicar. El sarampión y la varicela en su día me afectaron, por suerte las superé sin ninguna secuela del resto de enfermedades infantiles ni verlas venir. Me pusieron en su día distintas vacunas como la de la tuberculosis que por cierto sigue existiendo entre otras muchas enfermedades.

Avanzando en años lo que verdaderamente se lleva la palma son los catarros y alguna gripe que otra, nunca se me olvidará la gripe cuando cumplí los 18 años, estuve diez días en cama. Teniendo en cuenta donde vivo y que no viajo otras enfermedades simplemente no las puedo sufrir. Las denominadas enfermedades de transmisión sexual no tengo ninguna porque para tenerlas hay que realizar lo que los expertos denominan prácticas de riesgo y yo el único riesgo que corro es cuando subo y bajo las escaleras de casa. La época oscura que atravesé hace pocos años y que me llevó donde me llevó merece una entrada a parte, supongo que cuando esté preparado para ello os lo compartiré.

Termómetro común.
Las enfermedades provocadas por virus y bacterias que nos hacen la puñeta son las más clásicas y de las que siempre se habla desde el principio de los tiempos. Esto me hace pensar la suerte que tengo en vivir donde vivo porque se que en otras parte del planeta ciertas enfermedades siguen existiendo aunque aquí hayan sido totalmente erradicadas. El cólera, el tifus, la difteria son enfermedades que todavía existían a principios del siglo XX en Europa y que por una simple inversión en la canalización de aguas fecales se han conseguido erradicar y dejarlas como algo del pasado. La mejora en la alimentación y el avance de la medicina nos han hecho ser personas más sanas aunque parece que nos empeñamos en lo contrario. Otras enfermedades como la malaria, el tifus ,el denge, la fiebre amarilla, el zika, la enfermedad del sueño son enfermedades provocadas por una serie de insectos muy determinados que las transmiten por su picadura, los mosquitos. Estas enfermedades son típicas de ciertas zonas del planeta que aunque personas de este continente las traigan por sus viajes no son precisamente contagiosas.

Otra clase de enfermedades <<nuevas>> que siempre han existido pero que solo desde mediados del siglo XX hemos sido capaces de diagnosticar como tales son obesidad, anorexia, alcoholismo, depresión, demencia senil que en los últimos tiempos se han añadido al vocabulario popular. Estas últimas no están precisamente provocadas por virus pero si que nos han comentado los expertos que ciertas personas tienen cierta predisposición genética a sufrirlas. Esperemos que el ADN no defina una nueva clase de discriminación entre seres humanos como nos muestra una película de ciencia ficción titulada <<Gattaca>>.

Hábitos sanos siempre he tenido, es cuestión de tener un poco de sentido común aunque por hay dicen que ése no es el más común de los sentidos. Voy poco al médico como mucho dos o tres veces al año no necesito ir más no tengo ninguna enfermedad crónica y quizá lo que tengo que empezar a controlar es la dieta, ejercicio y no fumar. El metabolismo se reduce y se vuelve uno más sedentario, el organismo no es el mismo que cuando tenia veinte años. ¡Hay que cuidarse más!

Y vosotros ¿Qué tal vais de salud? Me lo puedes contar si así lo prefieres.

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